Gobernar es mucho más que mandar,
gobernar es servir. Un gobernante no es más que un líder. Para Jesucristo un
verdadero líder es el que tiene un firme deseo en su corazón de servir a los demás.
Marcos 9: 35 “Entonces él se sentó
y llamó a los doce, y les dijo: Si
alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.” Jesús fue
el primero en dar ejemplo de cómo gobernar bien. Mateo 20: 28 “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,
y para dar su vida en rescate por muchos”
El primer
sistema de gobierno que tenemos los seres humanos es nuestro hogar si
gobernamos bien ahí lo haremos bien en cualquier parte. 1 Timoteo 3: 4 “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda
honestidad”
Cuando hablamos de gobernar también
estamos hablando de administrar, un gobernante no es más que un administrador.
La definición técnica de administrador es: “administrador es alguien encargado
de bienes ajenos con el fin de hacerlos producir”
Un buen gobernador es el
responsable de la prosperidad y el crecimiento de las personas que están a su
cargo.
El arte de gobernar no solo es
propio de los que lideran de manera pública o empresarial. El arte de saber
gobernar es algo útil para cualquier persona que tenga bajo su cargo la
responsabilidad de personas que necesitan que los guie. Este perfectamente
puede ser un Padre o madre de Familia inclusive un hermano a cualquier persona
que esté en la posición de guiar a otros.
Como ser un Buen Gobernante.
1. Reconociendo que tenemos
Falencias para Gobernar Bien. 3: 7 “Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por
rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir” reconocer
nuestra falencias nos obliga a capacitarnos y buscar cómo mejorar. El que cree
que ya todo lo sabe se estanca y no avanza.
2. Pidiendo a Dios Sabiduría. 3: 9
“Da, pues, a tu siervo
corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo
malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?” solo Jesucristo
nos puede enseñar a como ser buenos gobernantes y buenos padres o
administradores de nuestro hogar. Jueces 13: 11-12 “Y se levantó Manoa, y siguió a su mujer; y vino al varón y le dijo:
¿Eres tú aquel varón que habló a la mujer? Y él dijo: Yo soy. Entonces
Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir
del niño, y qué debemos hacer con él?”
3. Tomando Medidas de Control. 4:
1-2 “Reinó, pues, el rey Salomón
sobre todo Israel. Y estos fueron los jefes que tuvo: Azarías hijo
del sacerdote Sadoc;” de nada sirve delegar funciones o expandir dominios
si no se puede ejercer control.
Controlar no es dominar o mandar
controlar es crear los mecanismos de ayuda para mejorar un trabajo.
4. Delegando Responsabilidades. 4:
7 “Tenía Salomón doce
gobernadores sobre todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada
uno de ellos estaba obligado a abastecerlo por un mes en el año.” Cuando delegamos
funciones tenemos mayor alcance y más rendimiento.
5. Amando el servir a los Demás. V
29 “Y Dios dio a Salomón
sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está
a la orilla del mar” el amor hace que no sintamos carga ni nos molestemos
por lo que hacemos.
6. Haciendo las cosas como para
Dios y no para los hombres. Colosenses 3: 23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no
para los hombres” esto nos permite hacer las cosas cada día mejor.
7. Esperando la Recompensa de Dios
y no de los Hombres. Colosenses 3: 24 “sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia,
porque a Cristo el Señor servís” esto nos permite no sentirnos
decepcionados al recibir mala paga de los hombres.
8. No haciendo las cosas para
agradar a los demás. Parece contradictorio. Un buen dirigente o un buen padre
no hace lo que a los demás les gusta hace lo que a los demás les conviene más.
Gálatas 1: 10 “Pues, ¿busco ahora
el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues
si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.”
Gobernar es mucho más que tan solo
mandar. Gobernar es administrar cuidar y sobre todo gobernar es servir a los demás.
Recuerda el único que nos puede convertir en muy buenos gobernantes de nuestro
hogar o de cualquier otra organización es Jesucristo.